sábado, mayo 16

Néstor Kirchner y su economía preelectoral

El ex presidente se apoya en tres figuras de su extrema confianza: Ricardo Echegaray, Guillermo Moreno y Amado Boudou, quienes relegaron a Martín Redrado y Sergio Massa.
Todas las miradas de quienes tienen la responsabilidad de tomar decisiones económicas se centran en el 28 de junio y un poco más allá: se extienden hasta el 29 del mismo mes. Es que una vez que se conozca el resultado electoral, las dudas pasan por el rumbo que adoptará la política económica del gobierno. Mientras se aproximan estas fechas, en las últimas semanas hubo algunos movimientos más que sugestivos.
Con el ministro de Economía, Carlos Fernández, relegado a un tercer plano, otros funcionarios tomaron la posta a la hora de avanzar con la agenda económica y empresaria. Las "figuras" emergentes, y que no casualmente son de extrema confianza del ex presidente Néstor Kirchner, son claramente tres:
* Ricardo Echegaray: Desde la AFIP no sólo está al mando de la recaudación, sino que adquirió una fuerte presencia en la regulación del comercio exterior a través de la Aduana. De hecho, para los importadores resulta cada vez más complicado ingresar sus productos ante la serie de trabas burocráticas. Todo sea por mantener el saldo favorable de la balanza comercial. Si bajaron las exportaciones, hay que hacer caer las importaciones, aunque sea a la fuerza.
Además, se transformó en los últimos días en el nuevo interlocutor con el campo, al menos en lo que respecta a la introducción de nuevos sistemas para combatir la evasión. Pero también es el que impone fuertes trabas a las ventas al exterior de productos agrícolas a través de la ONCCA. No sólo ha demostrado de sobra su lealtad con Kirchner, sino que además es uno de los "duros" en el conflicto permanente que la Casa Rosada mantiene con el campo.

* Guillermo Moreno: El accionar del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, ya excede largamente lo que es el control del INDEC y la manipulación de los índices de precios y otros indicadores. En cuanto comenzaron a surgir rumores sobre su posible desplazamiento después de los comicios, se hizo cargo del manejo de la papelera Massuh, rescatada por el gobierno.

* Amado Boudou: Maneja la verdadera caja del gobierno, que es la Anses. Allí se define qué bancos recibirán plazos fijos, cuáles serán las empresas que tendrán financiamiento del organismo (por ejemplo a través de la compra de Obligaciones Negociables). También desde esa oficina se pondrá en marcha el plan de claro tinte electoral de créditos a 15 años para la compra de vivienda en pesos a tasa fija a través del Banco Hipotecario. Pero más allá de todos los planes que se fueron desplegando en los últimos meses, el principal rol del organismo que administra las jubilaciones fue financiar al Estado, a través de la compra de Letras. Y este rol se volvería mucho más activo aún luego de las elecciones. No se descarta que le den nuevas responsabilidades tras los comicios (por ejemplo algún ministerio), pero ya tiene bastante con el manejo de la Anses. La principal crítica de su gestión en estos meses ha sido la falta de transparencia (ya que no se hizo pública una sola de las transacciones realizadas con los aportes de los trabajadores) y una total arbitrariedad a la hora de decidir quiénes resultan beneficiados con su financiamiento. El fue quien le llevó a Kirchner el proyecto de reestatización de las AFJP, y ahora es uno de los ganadores dentro de la estructura K.
Este apogeo de la delantera Moreno-Echegaray-Boudou implica, al mismo tiempo, el ocaso de otros personajes. El tándem que en algún momento habían conformado el presidente del Central, Martín Redrado, y el jefe de Gabinete, Sergio Massa. Ambos habían convencido el año pasado a la presidenta Cristina de Kirchner sobre la necesidad de reincorporar a la Argentina al mundo, impulsando un acuerdo con el Club de París y los bonistas que habían quedado fuera del canje ( holdouts ). Pero la crisis internacional y la desesperación por conseguir más recursos hicieron que el gobierno, a instancias de Néstor Kirchner, modificará sustancialmente el rumbo. Ahora, Redrado es respetado en su rol al frente del Banco Central, pero tiene poca injerencia en los asuntos internos y, fundamentalmente, actúa como representante argentino en foros económicos internacionales.
Y la candidatura de Sergio Massa para competir como legislador por la provincia de Buenos Aires prácticamente termina por correrlo de las decisiones diarias en la jefatura de Gabinete. En realidad, el propio Néstor Kirchner se había encargado de restringir sus grados de libertad en la Casa Rosada. ¿Un resultado adverso para el oficialismo el 28 de junio cambiará esta ecuación? Por ahora, no hay señales de una modificación de rumbo, aún en el caso de un resultado desfavorable. Pero es probable que durante mucho tiempo se discuta sobre el resultado que arrojen las urnas. Aún con una sonora derrota en grandes distritos como Córdoba, la ciudad de Buenos Aires o Santa Fe, el gobierno quiere imponer la idea que alcanza con ganar "por un voto" en la provincia de Buenos Aires, como dijo el propio Kirchner durante la semana.
Por: Pablo Wende"La Nueva Provincia"

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