
La OIM estima que un grupo de siete mujeres menores esclavas sexuales le reditúan a sus captores unos u$s 80.000 mensuales. En la zona de la Triple Frontera, según Unicef, un ejército de 3500 niños, niñas y adolescentes sufren algún tipo de violencia sexual, hasta la explotación comercial. En 2006, la trata alcanzó a unas 10.000 personas procedentes de América latina y el Caribe. Los estudios indican que el reclutamiento de las víctimas tiene lugar principalmente en las provincias del Norte argentino, ya sea mediante el engaño o el secuestro. Misiones, Corrientes, Chaco, Santa Fe y Tucumán son los lugares de captación, mientras que el destino por excelencia es Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos, La Pampa, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego. Pero también se han identificado lazos con la trata internacional, en especial la ruta que lleva a España, donde fueron rescatadas jóvenes tucumanas.
Tomar conciencia de la dignidad de la persona humana a través de la educación en todos los niveles, es un deber de toda la sociedad para contrarrestar el avance de este grave delito. Pero, además, son necesarias leyes eficaces que tipifiquen el delito según el Protocolo de Palermo, ratificado por Argentina en 2002.
La norma fue aprobada en el Senado de la Nación y pasó a Diputados. Se trata de una ley que convertirá a la trata de personas en delito federal, con penas de 3 a 15 años, y que, entre otros alcances, afectará a los que hoy mantienen impunidad, como los reclutadores, y que también se puede aplicar en casos de talleres clandestinos y de venta de órganos.
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