lunes, octubre 6

El misterio de Sofía




Abuso sexual, secuestro para quedársela o que simplemente se perdiera: tres posibilidades que abren distintos escenarios de mayor o menor gravedad para la nena de tres años.


El caso de la desaparición de Sofía Herrera en Río Grande, Tierra del Fuego, ya es el caso Madelaine argentino. Ambas desapariciones se parecen por la edad de las niñas –tres tiene Sofía, cuatro Madelaine– pero sobre todo porque los casos parecen inexplicables. El juez Eduardo López ordenó la realización de una Cámara Gesell al niño de cinco años que estaba con la familia de Sofía y, después de mucho trabajo de los psicólogos, el chico contó que vio a un adulto taparle la boca a Sofía y llevársela. Los profesionales sostienen que el relato es creíble. Aunque el juez y el fiscal Guillermo Garone no quieren revelar detalles de la investigación existe un nombre de un posible sospechoso al que se está buscando. Las hipótesis son esencialmente tres, dos de ellas con muy mal pronóstico.


La desaparición de Sofía deja, como señaló la gobernadora Fabiana Ríos, muchas más preguntas que respuestas. Ayer empezó a trabajar en los alrededores del camping John Goodall el mejor equipo de búsqueda de personas de la Policía Federal, llegado a la provincia la noche anterior. De hecho, los perros siguieron el rastro de la niña hasta el alambrado del camping, pero allí se interrumpe la eventual pista, lo cual indicaría que alguien se llevó a Sofía. Esta es la principal hipótesis que sigue el juez, aunque no descarta otras. Uno de los máximos responsables de la pesquisa elaboró el siguiente diagnóstico de la situación:


- Que Sofía se haya perdido. El pronóstico es muy malo porque resulta casi imposible que haya sobrevivido. A favor juega el hecho de que no hay ríos ni lagos demasiado cerca, ni animales de tamaño importante que le pudieran hacer daño. Los especialistas dicen que sólo existen manadas de perros cimarrones, pero habrían dejado rastros. También debe tomarse en cuenta lo que señala el olfato de los perros de la Federal, que pierden el rastro en el alambrado, y no menos importante es el testimonio del chiquito que estaba con la familia de Sofía en el momento de la desaparición.


- Que alguien haya secuestrado a Sofía para abusar de ella sexualmente. Es la misma hipótesis del caso Madelaine, la chica inglesa desaparecida hace un año y medio en Portugal. En contra juega el hecho de que en la Argentina –y más todavía en el interior– hay muchos menos casos de pedofilia que en Europa. La gobernadora Ríos deslizó que si alguien se llevó a Sofía debió haber seguido a la familia Herrera y conocía sus movimientos. Si la hipótesis del abuso sexual resulta ser la verdadera, también el pronóstico es muy malo, porque difícilmente un pedófilo deje con vida a la niña. Después de 17 meses de búsqueda frenética, Madelaine sigue sin aparecer en Portugal y el expediente fue cerrado por la policía de ese país.


- Que alguien haya raptado a Sofía para quedársela. Tampoco hay tantos casos en la Argentina, donde la mayoría de las desapariciones son de adolescentes. Esta es la hipótesis con mejores perspectivas de buen final. El raptor ya sabe que el caso tiene una inmensa repercusión nacional e internacional y hay chances de que alguien descubra al sujeto con la niña y lo denuncie. Es muy difícil mantener cautiva a una niña de esa edad. De hecho, ésa es una de las razones por las que son contados los casos de secuestros extorsivos en los que se llevan chicos chiquitos.


El testimonio del niño en la Cámara Gesell incluye la mención de un perro y describe al sujeto como relativamente joven y de pelo largo. Como se sabe, además, el padre de Sofía mencionó que vio un Volkswagen Gol de color gris en las inmediaciones. Nada de esto lleva a una pista definitiva, porque ya un niño de cinco años comprende las tensiones que existen alrededor del caso y su testimonio está condicionado por esa expectativa. Aun así, los psicólogos consideran el relato muy verosímil y para el juez constituye la principal línea de investigación.


En el caso Madelaine los padres fueron considerados sospechosos a lo largo de casi todo el proceso. La hipótesis consistía en que la niña murió por un exceso de fármacos o un accidente, y que trataron de tapar el hecho escondiendo el cuerpo y simulando un secuestro. La policía portuguesa no pudo probar nada y hoy por hoy se cree más en la versión del secuestro y asesinato por parte de un pedófilo. Aun así, se trata de un caso inexplicable porque siendo casi la niña más famosa del mundo, habiendo participado de la investigación detectives privados de renombre, no se pudo encontrar ni el menor rastro.


Respecto de Sofía, ninguno de los varios funcionarios consultados por este diario pone dudas sobre la actuación de los padres. A diferencia de lo ocurrido en Portugal, la escena de la desaparición en el camping de Tierra del Fuego parece muy distinta. Son dos familias las que llegaron al John Goodall; los dos varones mayores empezaron a caminar para buscar un lugar donde instalarse y pasar el domingo, supuestamente Sofía fue detrás de ellos junto con otros hijos de la pareja que acompañaba a los Herrera. Cuando los maridos regresaron, Sofía ya no venía atrás y ahí comenzó la búsqueda. Inicialmente se hizo correr la versión de que María Elena y Edgar, padres de Sofía, mantenían serias diferencias y la desaparición podría tener alguna relación con esa pelea, pero eso fue categóricamente desmentido por los familiares de María Elena.


La realidad para los que investigan es que cada día que pasa, el caso se hace más grave y con peor pronóstico. Pero lo cierto es que hasta el momento nadie encuentra el elemento clave que encarrile la investigación. La policía fueguina admite, incluso, que ha aceptado la ayuda de un par de videntes que se ofrecieron. Pero, por ahora, nada.


Por Raúl Kollman (pagina12)

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